Plagas y enfermedades fitosanitarias unen al SENASA, INIA y CAN

 

Las actividades del mundo actual, como el comercio, la industrialización, la globalización y el cambio climático, están generando factores suficientes para la proliferación de plagas y enfermedades fitosanitarias, haciendo que los límites fronterizos entre países deban fortalecer sus métodos de control para disminuir el riesgo de ingreso de un nuevo peligro fitosanitario.

En los últimos años, muchas plagas y enfermedades han logrado sobrepasar las barreras de seguridad fitosanitaria entre países, haciendo más difícil la recuperación de los cultivos pues años de trabajo agrícola debilitan las propiedades del campo haciéndolo más susceptible al ataque de nuevas y viejas plagas y enfermedades, aumentan el riesgo de pérdida de cultivos en su totalidad.

De suscitarse un problema de expansión de plagas o enfermedades, toda una nación puede enfrentar un problema de salud alimentaria, más aún aquellas que no pertenecen al primer mundo pues sus planes de contención no son tan certeros o efectivos como se esperaría, ocasionando pérdidas millonarias e incrementando la desnutrición de gran parte de la población.

En solo 3 años, se perdieron billones de dólares en Latinoamérica debido a que las plagas y enfermedades afectaron al 13.5% del total de cultivos, llevándolos a su muerte. Por ello, los países empezaron a invertir y mejorar más en prácticas de prevención y control. En el caso de Perú, Senasa es la institución encargada del control fitosanitario, teniendo éxito hasta el momento. Sin embargo, debe tener mucho cuidado con las enfermedades y plagas que puedan emerger o reemerger.

Ante este problema, el CIP (Centro Internacional de la Papa) en convenio con las Unidades de Sanidad de Germoplasma (GHUs), pertenecientes a los centros CGIAR, realizaron la semana pasada en Perú, la segunda edición de la Semana de Concientización Fitosanitaria donde los principales científicos se reunieron a discutir temas de vital importancia para la actualidad fitosanitaria del continente, temas referidos a la organización y distribución segura de semillas y el tema más sonado de los últimos años, agricultura sostenible.

Las reuniones buscaban estrechar vínculos entre los representantes de las distintas instituciones y coordinar un trabajo de prevención y seguridad en conjunto que incluya convenios, apoyo técnico – científico, construcción de planes de trabajo, entre otros. Pues así la información de seguridad y peligro por plagas o enfermedades estará a disposición de todas las instituciones, que podrán coordinar una puesta en marcha en conjunto.