El cambio climático viene afectando directa e indirectamente a los cultivos y cosechas de alimentos en todo el mundo, cosa que ya se ha demostrado cuando el Niño Costero nos atacó el año pasado. José Perdomo, presidente de Crop Life Latin America, manifestó que si los cultivos continúan pasando por estas situaciones desfavorables en los próximos 20 años el panorama se tornará desalentador para los productores y consumidores.

Las inundaciones, sequías, nuevas y viejas plagas, enfermedades, disminución de recursos hídricos, reducción de tierras agrícolas y muchos más son los factores adversos que los agricultores vienen enfrentando y deberán hacerlo con mayor precisión y prioridad en el futuro, continuó Perdomo.

Además, Perdomo dijo que la situación no debería ser ajena a los consumidores pues de presentarse una crisis en la cosecha de alimentos, sus precios aumentarán y no satisfarán la demanda existente. Solo las plagas pueden disminuir la producción de los cultivos en 30% o 40%, así que si a eso se le suman los otros factores adversos la situación se agrava mucho más.

Los países deben empezar a crear conciencia en los agricultores y consumidores sobre los posibles problemas alimenticios del futuro. Por ello se debe poner énfasis en mejores soluciones para las condiciones adversas que atacan a los cultivos de producción, entre ellas: mejorar los sistemas de riego de modo que no se desperdicie el agua, usar métodos de prevención y control fitosanitario sobre todo aquellos relacionados con el control biológico por ser el más amigable con el medio ambiente y usar nuevas tecnologías que ayuden a cuidar la tierra de trabajo.

Perdomo agregó que las personas ahora se preocupan en la inocuidad de los alimentos al momento de comprar, cosa que no sucedía unos años atrás, los consumidores buscan calidad, seguridad y datos sobre el desarrollo del producto que les informe que el producto elegido los ayuda a mantener una dieta saludable. Del otro lado, los agricultores han empezado a usar técnicas más acorde a las buenas prácticas agrícolas y a las medidas de control fitosanitario impuestas en sus respectivos países, invirtiendo más en tecnología, ciencia e innovación agrícolas.

Además, los agricultores tienen que ser más acertados en las técnicas de manejo del suelo y agua que vienen realizando, deben preocuparse por la lucha contra el plástico, por usar menos métodos de control químicos y más biológicos, y por cumplir con cada una de las normas impuestas por Senasa, en Perú, agregando que deben buscar nuevas técnicas que les permitan aumentar los volúmenes de producción en la menor cantidad de hectáreas posibles.

Los agricultores latinoamericanos dominan las exportaciones mundiales y en unos cuantos años llegarán a triplicar sus propios volúmenes de producción teniendo en cuenta que la población mundial crecerá en dos billones hasta 2050.

La selva tropical más grande del planeta cubre 5.5 millones de kilómetros y  se extiende por nueve países, entre ellos Perú, Brasil, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guayana Francesa, Guayana y Surinam. Con casi el doble del tamaño de la India, el Amazonas desempeñan un papel vital en la regulación del clima mundial por ello es considerada el pulmón del mundo ya que es el generador del 20% del oxígeno en la atmósfera de la Tierra.

Lamentablemente, su destrucción aceleraría el declive de la vida silvestre en todo el mundo y podría destruir los esfuerzos que se han realizado por diversas organizaciones y hasta la ONU.

¿Cuáles son las amenazas que atacan al Amazonía?

• Actividad petrolera: El territorio amazónico en Perú se ha visto afectado por la extracción del crudo, que provocan la contaminación de las cabeceras de los ríos y el cambio de la composición química del agua.

• La deforestación: Alcanzó los 9.762 km² entre agosto de 2018 y julio de 2019. La cifra representa a 1.4 millones de campos de fútbol o seis veces la ciudad de São Paulo.

• La fauna silvestre: Los incendios del Amazonas destruyen la selva, y con ella, el hábitat de muchos animales en peligro de extinción como: el tití de Milton, el manatí amazónico, el águila arpía, el caimán negro y el papagayo amazónico. Entre otros insectos y mariposas. Cabe resaltar que hay especies que desaparecen y que ni siquiera conocemos.

• Comunidades indígenas: unas 420 comunidades indígenas dependen de sus recursos para cubrir sus necesidades de agua y alimentos, así como para su sustento. Estos medios y estilos de vida están intrínsecamente relacionados con la preservación de los bosques y la conservación de su biodiversidad. Ellos han denunciado este año los continuos derrames de petróleo.

Sin embargo, existen organizaciones que trabajan para proteger y preservar el esplendor ecológico que el Amazonas representa. Las más importantes son:

• Rainforest Trust: Han salvado más de 23 millones de acres de selva amazónica desde 1988 al financiar proyectos que restauran y protegen ecosistemas.

• Amazon Conservation Association: Han capacitado a cientos de conservacionistas que trabajan para apoyar la restauración de la selva amazónica y las economías sostenibles lideradas por indígenas. La organización ha plantado más de 275,000 árboles hasta la fecha.

• IAPA ( Integración de Áreas Protegidas de la Amazonía): liderado por la FAO apoya a la comunidad de los directores de parques de América Latina y el Caribe de áreas protegidas de la Amazonía (RedParques) y garantiza la supervisión y colaboración eficaz entre estas áreas.